El Eco del Abuso Sexual


Un día escuche de un defensor de la educación decir que: “Si la educación es costosa, cuan costosa es la ignorancia?”. Tenía razón, la ignorancia es mucho más costosa. La ignorancia de no tener el conocimiento de algo, nos hace perder el horizonte de hacer valer nuestros derechos…. Sencillamente porque no los conocemos.

En un adulto, la ignorancia es la que le permite dejarse llevar por los caminos que desconoce, que se internalice en sus instintos y complazca lo que el instinto podría llamar “felicidad”.

En un niño, la ignorancia sencillamente es la falta de conocimiento, un camino que debe recorrer bajo la guía de los adultos: aquellos que ya se orientaron y aprendieron lo que es y no es correcto, aquellos que modelan constantemente para que en el futuro, sus seguidores sean hoy, mejor que ayer y mañana mejor que hoy.

¿Pero que sucede si ese adulto da un ejemplo erróneo a un niño?

Fácilmente el niño, puede captar un mensaje erróneo y puede perder el horizonte de lo que es correcto.

El Eco del abuso sexual, sencillamente es el resultado de la ignorancia, es la secuela de un niño abusado, que se va reflejando a través de los días y que se hace aun más notorio en la adultez.

Es el sonido de un suceso que no se entendió cuanto paso, pero quedo ahí…. Impregnado en las paredes del pasado y del presente.

Es el eco del dolor, es el eco del rencor, es el eco del silencio de la ignorancia que fue emitiendo sus ondas cuando se educó.